Que X, antes Twitter, es una interesantísima herramienta para acercarte a los políticos no lo duda nadie. Es curioso ver como los mandamases de este país se pasan por la red de Elon Musk para confirmar, mentir, desmentir... y demás posibilidades para arañar un apoyo nuevo.
Qué gran tecnología esta que permite a los ciudadanos disfrutar de una ventana abierta para encontrar perlitas que nos retraten realmente como son aquellos que nos van a gobernar. Sin ella, nunca podríamos conocer tan a fondo a la mayoría de ellos porque son maestros en ocultar su alma en cada discurso o cada aparición oficial. Pero X, y las redes sociales en general, son otra cosa, una ventana por la que se puede ir el inconsciente cargado de metralla.
Qué lástima que las redes sociales sean herramientas de comunicación tan modernas. Porque toda una generación de políticos se han subido a ellas con armadura a sabiendas de que son caballos desbocados que a la primera de cambio te pueden patear.
Me pregunto cómo se habría desarrollado la Historia si en 1808, en 1931, en 1936, en 1975, en 1981... por citar algunas fechas de la nuestra más reciente, si nuestros antepasados hubieran disfrutado de las redes sociales. Estoy segura que hubieran variado al menos algunas cosas, por no decir muchas, en el transcurso de los acontecimientos que han marcado la vida española en los últimos siglos.
