miércoles, 13 de julio de 2011

Una vieja historia que comienza un nuevo ciclo

A veces me parece que este largo y cálido verano lo va a difuminar todo y que pronto nos despertaremos de este mal sueño. Pero no. Los meses pasan y no vemos luz, el monstruo de la crisis sigue ahí. Y este próximo invierno tiene la misma pinta.
El otro día reflexionaba yo con un amigo mío que es economista. Yo, profana de mi, cargaba contra políticos, contra constructores, contra banqueros… Pero, él fue un poco más allá, soltó a bocajarro la palabra ‘codicia’. Sí, de políticos, de constructores, de banqueros, de empresarios… que quieren más y más a cualquier precio y que se rebelan si se reducen un poco, o un bastante, sus ingresos.
Mi amigo argumentaba que aunque los redujeran ‘un bastante’ seguirían siendo beneficios pero que una persona que gana miles de euros al mes pierde la perspectiva, se convierte en un adicto al dinero y al poder y nunca se dejará comer el terreno. ‘Tiene que mantener un estatus, una posición’, argumentaba él. ‘No se paran a pensar que si reducen esas ganancias un poco puede que salven algunos puestos de trabajo, o incluso mucho’.
La verdad es que mi amigo tiene razón. Yo me echo a temblar cuando veo publicadas las cifras que ganan personalmente este o aquel banquero, este o aquel ejecutivo… ¿Qué tiene el dinero que ciega así a la gente? Lo mismo cuando tienes dinero te vuelves sordo y ciego ante las penurias ajenas. Lo mismo cuando ingresas miles de euros al mes te crees el ‘Amo del Universo’ -como en la novela de Tom Wolfe-, y ya sólo eres capaz de mirarte el ombligo. Mal camino hemos escogido, aunque desgraciadamente esto es una vieja historia que lo único que ha hecho es comienzar un nuevo ciclo.