domingo, 4 de diciembre de 2016

Redescubrir el arte: Leonid Afremod

Leonid Afremod es un pintor contemporáneo biolorruso de nacionalidad israelí. Nació en 1955 y actualmente vive en Estados Unidos. Sus pinturas son muy llamativas, muy coloristas, con paisajes, flores, ciudades... siempre con colores muy vivos y con una técnica muy personal. Representante del arte moderno es muy conocido por vender sus obras por internet.

Estas son algunas de sus obras.





sábado, 5 de noviembre de 2016

Morir a los 12 años por ingesta de alcohol, ¿qué miedo empieza a dar esta sociedad nuestra?

Leo en los periódicos que no es momento de buscar culpables sino de dar soluciones para que no vuelva a ocurrir. Me refiero a la muerte de la niña de doce años tras un coma etílico. No estoy de acuerdo.

Creo que sí hay que buscar culpables porque hay muchos, por no decir que lo somos todos. Los directos y los indirectos: Los primeros, sin duda son los padres. Tan ocupados estamos que no nos damos cuenta de qué sucede con nuestros hijos (en este caso parece que no era la primera vez que la preadolescente volvía a su casa en estado de embriaguez).

Pero, ¿y el adulto que ayudó a esos niños a comprar el alcohol? y ¿el establecimiento que se saltó la ley? Aquí, también hay que actuar. Y depurar responsabilidades. No es una anécdota.

Sin embargo, la lista de culpables no queda ahí: ¿y esta cultura que ve en beber alcohol una manifestación de madurez y de glamur?, ¿y esta sociedad que sigue fomentando la ingesta de drogas a las que llama legales? Igual, aquí todos tenemos algo que reprocharnos.

Hemos llegado a un bucle muy duro en este asunto. Desde las administraciones se sigue permitiendo el alcohol y el tabaco bajo la disculpa de que alrededor hay muchos puestos de trabajo. Pero eso no es tan cierto como lo pintan. También hay muchos intereses, muchos impuestos que cobrar, mucho dinero que repartirse. No sirven ya las leyes restrictivas –en España no son  tan fuertes como deberían ser-, hay que buscar nuevas fórmulas.

Y la primera de ellas es la concienciación social. Hay que trabajar en los colegios (enseñar a los niños desde temprana edad los peligros del alcohol), pero también hay que dar buen ejemplo en las familias (ese padre o esa madre que se toma el gin-tonic delante de sus hijos menores o esas celebraciones en las que si no hay alcohol parecen descafeinadas no son buenas consejeras).

Hay que implicar a los medios de comunicación y a la industria del entretenimiento (esas películas en la que el protagonista ahoga sus penas en un vaso de alcohol. Estoy harta de verlas y no precisamente en cine de adultos. Esas discotecas que cobran el refresco al mismo precio que la bebida alcohólica).


Los medios son potentes vías para crear tendencias y tienen mucha responsabilidad. Una responsabilidad que no pueden dejar de lado porque a la postre ellos son el espejo donde nos miramos todos y mucho más los niños, inmaduros per se y esponjas muy pero que muy absorbentes.  

lunes, 17 de octubre de 2016

Bodas sin niños, la última moda

Últimamente estoy oyendo muchas cosas sobre la moda de prohibir la entrada de los niños a ciertos lugares.

Ya hace tiempo que en algunos hoteles se limita su alojamiento. Normalmente, se permiten los niños mayores de 12 años pero bajo la estricta mirada de sus padres. También los restaurantes se han sumado a la moda y, la verdad, no me extraña. Yo ya soy de esos que evito entrar en un local donde la presencia de niños sea grande.

Pues bien, lo último ha sido lo de que te inviten a una boda sin niños.

La verdad es que este es un controvertido tema y hay opiniones para todos los gustos.

El origen de esa nueva moda de prohibición tiene que ver con lo mal que se portan algunos pequeños en locales públicos.

Algunos de vosotros podéis criticarme (por favor da vuestra opinión si queréis aquí) y me podéis decir que no se portan mal, que "los niños son niños".
Pero yo me pregunto, ¿dónde está la frontera entre el juego de los niños y el molestar a los demás? ¿Dónde termina su libertad para correr y gritar en los locales públicos? Pues, claro, donde empieza la del resto de personas de pasan o están en el mismo lugar. Obvio.

Desde hace pocos años es muy común ver a los niños correr, gritar, jugar... entre las mesas cuando estás en un restaurante. ¿Eso es ser niño? Pues no, perdonadme, pero creo que en los locales públicos los niños también deben respetar el espacio de los demás. Y los padres deben así exigirlo.

Yo soy madre, y os aseguro que cuando mi hija era pequeña nunca se levantó de la mesa en un restaurante hasta que no lo hacían los adultos. Siempre procurábamos llevar con nosotros algún juego de pinturas y papel para dibujar, algún juguete o cualquier cosa que pudiera entretenerla hasta la hora de marchar. Pero, eso de correr, levantarse mil y una vez para ir la baño, o chillar en público, simplemente, no entraba en nuestro esquemas. No es que yo sea una madre modelo, sencillamente es que antes (hace 15 años, no mucho más) eso era así.

¿Ahora qué pasa?  Desde luego, algo. Porque si no, nunca se hubiera extendido la prohibición en algunos locales de llevar niños. Los pequeños no son perritos que no comprenden y pueden ensuciar el piso, son personas a las que hay que enseñar y educar. No, no, la culpa, desde luego, no es de ellos. ¿Y sus padres? Por favor, que lo piensen un poco más antes de dejarles actuar.

Gracias por leerme.

viernes, 30 de septiembre de 2016

Tanta tecnología en los coches ¿ayuda o peligro?

Muchas veces tanta tecnología en los coches puede llegar a ser un estorbo. A veces los conductores pueden perderse entre los botones, app y prestaciones de los sistemas de infoentretenimiento y ayudas a la conducción que equipan los modernos automóviles, lo que contrariamente a lo que se pretende puede suponer un problema para la seguridad a bordo.

He escrito un tema sobre esto en bez.es. Por si te interesa te dejo aquí el enlace

viernes, 26 de agosto de 2016

Burkini o bikini, vivamos -y bañémonos- en paz

En este debate que se ha abierto sobre el burkini hay algo que se ha olvidado, o al menos yo no he visto que se hable mucho sobre ello: ¿Las mujeres que lo llevan se lo ponen porque quieren o porque las obligan?

Antes de ponernos a prohibir o a alabar vamos a estudiar por qué visten así estas mujeres. Si lo hacen de verdad porque quieren hacerlo, no hay más que hablar. Pero... si es por obligación, igual hay que luchar porque también puedan elegir. Seguramente se dan las dos circunstancias.

Aparte de que no sé si visten así porque quieren, a mí lo único que me preocupa de la vestimenta de las mujeres árabes es que no se les vea la cara. El otro día me crucé en el baño de un Corte Inglés de Madrid con una mujer vestida con un burka, era de tono marrón y parecía de una tela un tanto basta. Esta es la primera vez que he visto a alguien con este tipo de ropa en España y, confieso, me chocó mucho.

Uno de mis primeros pensamientos al verla fue que cuánto calor debería estar pasando esa mujer. Pero confieso que mis prejuicios, o mi instinto de supervivencia, me hicieron desconfiar. Me fui. En la puerta del baño había un hombre, podría ser su marido, vestido con un pantalón común y una camiseta corriente. El siguiente pensamiento que tuve hacia ella fue preguntarme si esa mujer se vestía así porque quería o porque la obligaban.

Yo reconozco que me gusta ver la cara de las personas con las que me cruzo. Y también comprendo que en cuestión de seguridad cierta indumentaria puede resultar cuanto menos inquietante.

Pero, no debería tener tanta importancia que alguien se bañe con la ropa que quiera, vestidos o desnudos, con bikini o bermudas... siempre que respetemos el entorno y a los demás.

Por eso creo que estamos dando demasiada importancia a este tema. Me parece que prohibir el burkini es una barbaridad, no veo en qué puede ofenden ver en la playa bañándose a una mujer completamente vestida, como tampoco me ofende ver los minúsculos bikinis de otras. Vivamos -y bañémonos- en paz.

lunes, 20 de junio de 2016

Gente tóxica ¡qué pesadilla!

Llevo varios días viendo en medios de comunicación una serie de reportaje sobre gente tóxica, gente que te amarga la vida y que no te deja ser feliz con sus comentarios, sus mentiras, su palabrería... Pues bien, aquí va mi lista particular de gente con la que no quiero encontrarme, ni gastar un minuto de mi vida. Conozco alguno que pertenece a más de un grupo.

- El CRITICÓN: Esa persona que se pasa el día criticando a diestro y siniestro. A todos les ‘corta un traje’. Puede ser un compañero de trabajo que malmete contra el resto, un amigo/a que siempre te llama para poner verde a alguien, tu hermano/a que critica sistemáticamente al resto de la familia... Lo mejor es cortar por lo sano y no dejar que te llene el gorro de pipas.

-EL QUE SE PASA EL DÍA CONTANDO ENFERMEDADES: Aquel que solo te llama para contarte que a fulanito le han operado de ‘nosequé’, que a menganito le ha salido un bulto ‘nosedonde’, que zutanito tiene muy mala cara… ¡Fuera! Ya tenemos bastante con lo nuestro y lo de nuestros allegados. Nada de oír penurias narradas por otros que nos amargan la existencia.

-EL PESIMISTA: Ese que todo lo ve negro. Si llueve porque llueve, si hace calor porque hace calor. El que nunca consigue ver el arco iris. Este es un espécimen que, no obstante, le encanta retozar en su propia desgracia y quiere compartirla con los demás.

-EL ABURRIDO: Que te llama o quiere quedar contigo porque no tiene otra cosa que hacer. Te persigue en redes sociales, whatsaap, por email, o se hace el encontradizo en la oficina para contarte tal o cual cosa que a ti ni te interesa. No es que esté muy interesado en ti, sino que está tan aburrido que tiene que llenar su agenda como sea.

-EL MENTIROSO: La mayoría de las veces engaña porque sí, para dárselas de listo, bueno, divertido… Es el típico exponente de la teoría del Parchís: “come una y cuenta veinte”.

-EL PRESUNTUOSO: Te cuenta lo bien que hace todo, lo listos que son sus hijos, la cantidad de palmaditas que todos los días le da su jefe, lo estupendamente que se lo ha pasado en las vacaciones, lo mucho que corre su nuevo coche… Y por supuesto, se cree mucho mejor que tú en todo. Ya sabes, el que tiene el ego más grande que el culo.

-EL CHARLATÁN: Ese que cuando está contigo no te deja ni hablar, que te cuenta su vida una y otra vez y que cuando intentas meter baza te corta diciendo aquello de ‘pues sí, a mi primo le pasó lo mismo y bla, bla, bla’, sin dejar que tú termines. Alguien que no valora los silencios y cree que si no hablas es que te estás aburriendo.

martes, 3 de mayo de 2016

Cinco razones por las que no compro en Zara, Mango... y demás

Estas son mis cinco razones por las que no compro en tiendas como Zara, Mango, H&M... y alguna otra.
- Porque ofrecen mala calidad en su confección y en las telas y materiales utilizados.
- Porque tienen la ropa desordenada, tirada por el suelo y sucia.
- Porque algunos de sus dependientes te miran por encima del hombro y demuestran su malestar cuando les pides que te ayuden a encontrar un producto.
- Porque la relación calidad-precio es pésima.
- Y sobre todo porque cada día oigo más cosas -y las creo (cuando el río suena)- sobre cómo confeccionan su productos en países del Tercer Mundo.

jueves, 14 de enero de 2016

Todo un trabajo encontrar trabajo

En estos difíciles tiempos que corren lo de encontrar trabajo exige tal creatividad que hay que hacer un máster para alcanzarla porque ya con las viejas fórmulas nadie se come un saci.

Ahora ni experiencia, ni buen currículum, ni siquiera 'enchufe' abren puertas. Ahora, hay que demostrar mucho más.

Pero ¿el qué?
Para empezar, hay que buscar debajo de las piedras. Es decir, patear en el sentido más online de la palabra todo tipo de empresas, pero también ir físicamente a ellas. Dejar el currículum en plataformas de búsqueda de empleo pero también publicitarse uno mismo en redes sociales. Hay que hablar con todo tipo de conocidos, vecinos, familiares... Nunca se sabe dónde puede haber un hueco.

Hacer el currículum es también todo un arte que debe llevar un tiempo. Un folio como mucho y un vídeo contando nuestro mejores argumentos. Hay que ser conciso pero contar cosas, nada de dar rodeos, ni mentir. Si decimos que sabemos inglés, pues deberíamos hablar en inglés, por ejemplo.

Hay que tener en cuenta que un empleador no gastará más de 10 segundos en ver el currículum con lo cual hay que personalizarlo según sea la oferta de trabajo y la empresa a la que vaya dirigido.

En fin, todo un trabajo encontrar trabajo. Si te interesa este tema, profundizo un poco más sobre él en bez.es en esta artículo: Los cuatro millones de parados hacen que la creatividad sea esencial para encontrar trabajo.