domingo, 19 de septiembre de 2010

Redes sociales

Las redes sociales se inventaron para que todos los amigos estuvieran conectados, para que ese grupo de amigos compartira al minuto sus ideas, eventos, alegrías, tristezas, ambiciones, chorradas... Pero, ¡ay de tí si caes en las redes de tu propia red social!

Eso es lo que me ha pasado a mi. Yo quería conectarme con mi grupo de amigo y por eso me hice de una de las más populares, pero cuando ya tenía agregados a mis 10 mejores amigos empecé a recibir invitaciones de algunos conocidos, del trabajo, de clase de inglés, del bareto... luego amigos de mis amigos, luego conocidos de mis conocidos... y yo, presa de 'avaricia amigil' me sentía como George Clooney en la película 'Up in the air', esa en la que debía viajar mucho para despedir a gente de las grandes empresas de todo el país, pero que en el fondo lo único que perseguía era acumular millas y más millas para que la compañía aérea le diera la tarjeta de platino de la compañía y poder viajar así gratis mil y una vez. Y digo que me sentía así, porque  después de aceptar y pedir amigos por doquier lo único que ya me importaba no era compartir nada con mis amigos sino sumar y sumar amigos para poder presumir....

Y todo hasta que llegó el día en que al abrir mi página del Facebook me daba cuenta que todos los comentarios que había eran de desconocidos que decías cosas desconocidas para mi o me enseñaban fotos de gente que yo no conocía en las más curiosas poses.

En ese momento comprendí que tenía enterrados a mis amigos, a mis 10 verdaderos amigos, entre una montaña de supuestos amigos que para lo único que servían era para acercarme cada día más al libro de lo récords.

Entonces, me quise borrar de mi red social... y volver al móvil, sin importarme lo que eso me iba a costar, pero no lo conseguí. Sí pude volver al móvil pero nunca, nunca... me pude borrar de la red social. A veces, lo confieso, miro a hurtadillas y allí encuentro a toda esa gente que se asoma a mi ventana y me enseña sus interioridades. Me siento como un pez, quiero salir de la red.