miércoles, 1 de junio de 2011

Ortega Cano y los amos de la carretera

A esperas del informe policial, digamos que Ortega Cano se despistó, perdió el control de su coche y chocó de frente con un vehículo a consecuendia de lo cual murió una persona.

Ortega Cano se debate entre la vida y la muerte, quizá por un despiste, velocidad inadecuada o vaya usted a saber... pero siempre por culpa suya. Si se recupera tendrá que enfrentarse a un delito de homicidio como menos y deberá pagar por ello.

La otra persona fallecida, un padre de dos hijos, un hombre de cuarenta y pocos años con toda la vida por delante, no tendrá ninguna opción más. Su último 'pecado', imperdonable para los suyos, fue cruzarse con el Mercedes todoterreno del torero a los mandos de su compacto cuando iba a trabajar.

Sirvan estas líneas de homenaje a Carlos Parra Castillo y a tantos otros que se dejan la vida por el capricho de la carretera o mejor dicho por el capricho de tantos que se creen en sus locuras, disfrazadas de velocidad, alcohol, distracción..., los amos de ella.