Me envían esto por correo electrónico. Una reflexión de Forges que os cuento por si no la conocíais:
Escribe Forges: "Quizá ha llegado la hora de aceptar
que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos
políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que
nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra
batería de medidas urgentes o una huelga general. Reconocer que el principal
problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir, para
tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.
Estamos tan
acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el
estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al
deporte, nos sirven para negar la evidencia.
- Mediocre es
un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un
televisor que muestra principalmente basura.
- Mediocre es
un país que en toda la democracia no ha dado un presidente que hablara inglés o
tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional.
- Mediocre es
el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir
incluso a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
- Mediocre es
un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta
situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
- Mediocre es
un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y
fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
- Mediocre es
un país con una cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra
más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre
sus deportistas.
- Es mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada.
- Es mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada.
Un país que
ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin
complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el
concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por
jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad, y por
estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
Mediocre es
un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres,
arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse
engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.