lunes, 11 de diciembre de 2023

Las mujeres, con eso de la revolución femenina, nos hemos equivocado

Yo siempre defiendo ante quien me quiera escuchar que las mujeres, con esto de la revolución femenina, nos hemos equivocado. Yo no digo que tengamos que seguir quedándonos en casa, al cuidado de nuestros hijos, que desde luego, la que quiera o la que pueda tiene todo mi respeto. 

Nos hemos equiparado a los hombres cogiendo todo lo malo y no les hemos 'obligado' a ellos a evolucionar

Lo que yo digo, es que nos hemos querido equiparar al hombre cogiendo todo lo malo de ellos y en vez de obligar al hombre a evolucionar también. Es decir, nos hemos puesto a trabajar (pero no nos hemos liberado de la carga de la casa, de cuidar a los hijos, de faltar al trabajo cuando están enfermos… ni tampoco hemos conseguido que nos paguen lo mismo y nos consideren de igual forma). También hemos batido records a la hora de fumar, de beber, de conducir como posesos… (‘virtudes’ estás propias de los hombres hasta hace bien poco y que ahora hemos hecho muy nuestras). Entre los logros, también hemos conseguido liberarnos, al menos un poco (ya no se nos mira tan mal cuando tenemos más de un novio aunque sí se nos sigue tachando de ‘ligeras’, por no decir otra cosas, si nos liamos con nuestro secretario o compañero de trabajo, vamos, como han hecho ellos durante siglos.

Lo que quiero decir es que las mujeres somos las primeras que tenemos que exigir que sean los hombres los que cambien. Que no se queden como meros espectadores de nuestra revolución sino que se impliquen. O sea, que desde pequeños sepan que tendrán que cuidar a sus hijos, que alguna vez –tantas como su mujer- tendrán que llevarlos al médico, que muchas veces –tantas como su mujer- tendrán que pasar el aspirador o ir a la compra... Tendrán que meterse en su cabeza que una mujer bien preparada es igual a ellos y debe ser considerada igual que ellos y cobrar lo mismo…. Y las mujeres tendremos que dejar de hacernos las víctimas y delegar en ellos. Que no saben fregar, pues que aprendan, que no saben cambiar el pañal pues que miren las instrucciones…

Las mujeres no hacemos camarilla con nuestro jefe para celebrar un buen resultado... Ellos sí

Como no hablamos de fútbol...
En el mundo laboral veo que tardaremos más en conseguirlo porque de momento hay pocas mujeres que mandan y los hombres que lo hace suelen confiar más en personas de su mismo género. Quiero creer que lo hacen porque la mayoría son mayores y han sido educados de ‘otra manera’, pero a veces también pienso que lo hacen porque las mujeres no nos vamos con los jefes a tomar cervezas después de trabajar (si lo hacemos, se interpretaría mal y además no podemos porque tenemos que ir corriendo a casa a ocuparnos de nuestros hijos, a ayudar con los deberes, a hacer la cena... mientras nuestro marido sí puede irse con el jefe a celebrar lo que sea porque eso le viene bien a la hora de pretender un ascenso). Además, las mujeres no solemos hacer camarilla con el jefe hablando de fútbol o alardeando de nuestras conquistas (entonces se nos pondría alguna etiqueta o alguien pretendería entrar a formar parte de ellas)… En fin, la pescadilla que se muerde la cola.


Las mujeres poderosas deberían ser las primeras que dieran oportunidades a mujeres competentes sin necesidad de cuotas

Yo tampoco estoy a favor de la discriminación positiva, creo que puede dar lugar a errores e injusticias… pero me gustaría mucho que las mujeres poderosas fueran las primeras que a igualdad de condiciones eligieran antes a una mujer que a hombre, así al menos comenzaría a igualarse la balanza.

¿Por qué nos resignamos?
Desgraciadamente quedan algunas generaciones para que la igualdad de sexos sea un hecho. Pero desde luego, las mujeres también tenemos mucha culpa de que esto no vaya más rápido. Porque vamos a la universidad, nos preparamos bien, trabajamos el doble… y seguimos cediendo y resignándonos cuando se nos aparta de un proyecto porque queremos tener hijos o simplemente porque cuando hemos cumplido con nuestro horario estamos deseando irnos a casa…